El ex secretario del Tesoro Rishi Sunak y la secretaria de Exteriores Liz Truss se han declarado la guerra abierta por la sucesión de Boris Johnson, mientras el quinto aspirante en discordia, Tom Tugendhat, se retiraba de la carrera tras quedar como colista en la tercera votación.
Rishi Sunak siguió marcando distancias en primer lugar con 115 votos, y Penny Mordaunt resistió el tirón y fue segunda con 82. Liz Truss volvió a quedar tercera con 71 y Kemi Badenoch se acercó peligrosamente en cuarto lugar con 58. Tom Tugendhat anunció su retirada al conseguir 31 votos. El concurso quedará reducido a tres en una nueva votación el martes.
Los duros intercambios entre Sunak y Truss, con las dos aspirantes Penny Mordaunt y Kemi Badenoch como testigos, empezaron el domingo en el segundo debate televisivo, con acusaciones cruzadas sobre el Brexit y los impuestos. El enfrentamiento entre ambos llegó a tal punto que el tercer debate ha sido finalmente suspendido.
Sunak cargó los cañones de antemano con un vídeo de campaña (Rishi and Brexit: a short story) recordando cómo apoyó la salida de la UE desde el primer momento, en abierto contraste con su rival, que respaldó la «permanencia» y se dejó fotografiar profusamente con carteles donde podía leerse «Vote Remain».
«¿De qué te arrepientes más, Liz, de haber sido liberal-demócrata (antes que conservadora) o de haber sido remainer?», fue la pregunta que lanzó como un cuchillo Sunak a su rival.
Truss reaccionó indignada y respondió poniendo en evidencia el entorno privilegiado en el que se ha educado su rival: «La razón por la que me hice conservadora es porque vi a los niños en mi escuela abandonados a su suerte y sin poder tener las oportunidades… que tú pudiste tener en tu escuela, Rishi».
El contraste entre el candidato millonario con sangre india (se estima que la fortuna acumulada entre él y su mujer, Akshata Narayan Murthy, podría llegar a los mil millones de euros) y la candidata de origen humilde al estilo Margaret Thatcher quedó más evidencia que nunca en la recta final hacia el 21 de julio, cuando se decidirán los dos finalistas.
EL PLANO ECONÓMICO
Truss ha pasado al contraataque en las últimas horas y ha acusado a su rival de impulsar «la mayor subida de impuestos en 70 años», en el momento en el que las empresas están haciendo frente al aumento de los costes y las familias luchan por poder pagar las facturas a fin de mes.
Sunak y Truss, compañeros de viaje durante meses en el Gobierno Johnson, se han destapado como los dos antagonistas del «aparato», ante la mirada atónita de Penny Mordaunt, que ha bajado enteros entre las bases tras los dos debates televisados y por la guerra cultural por cuenta de los derecho de los trans.
La campaña demoledora contra Penny Mordaunt lanzada por el tabloide conservador The Daily Mail ha hecho mella en sus aspiraciones. La ex secretaria de Defensa y reservista de la Royal Navy ha hecho un último guiño al sector moderado de su partido prometiendo «millones de empleos verdes» y arrastrando a todos los candidatos (incluso a la representante de ala dura Kemi Badenoch) a aceptar el compromiso de emisiones cero para el año 2050, bajo el impacto de la ola de calor.
Los debates televisivos han servido en cualquier caso para reforzar la imagen de Liz Truss, que figura como favorita en la reciente encuesta de ConservativeHome en un hipotético mano a mano con Rishi Sunak (49% a 42%). La secretaria de Exteriores gana también a Penny Mordaunt en el último sondeo por 48% a 41%.
El futuro inquilino o inquilina de Downing Street será decidido a partir de esta semana por los casi 200.000 militantes tories, que celebrarán cónclaves con los candidatos y emitirán su voto a finales de agosto. La sucesión de Boris Johnson culminará previsiblemente el 5 de septiembre con la proclamación del vencedor del concurso de los tories, el tercero celebrado desde el 2016, con la irrupción huracanada del Brexit en la política británica forzó la dimisión de David Cameron y, tres años después, de Theresa May
El trasfondo al concurso de los ‘tories’ lo puso el debate parlamentario de la moción de censura del Gobierno de Boris Johnson, frustrada por la oposición en bloque de la mayoría conservadora para allanar el camino a su nuevo líder y evitar la convocatoria de elecciones anticipadas. El debate sirvió para uno de los más agrios intercambios dialécticos entre el ‘premier’ y el líder de la oposición Keir Starmer, que recalcó cómo su «caída en desgracia» ha sido precipitada por sus propios correligionarios: «El engaño no acababa nunca. Qué alivio que han decidido por fin echarlo».
Boris Johnson salió indemne de la moción de censura en el Parlamento con el respaldo del 349 de sus diputados conservadores frente a los 238 de la oposición. La votación fue más bien simbólica ante la pretensión del líder de la oposición laborista, Keir Starmer, de forzar su salida inmediata de Downing Street, disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas.