La temporada 21/22 en el deporte tinerfeño iba camino de convertirse en un curso irrepetible. De esas que quedaría grabada por siempre en la memoria de los aficionados. Un título europeo –Lenovo Tenerife–, dos nacionales –los conquistado por el CV Haris– y la posibilidad de codearse con los mejores en varias disciplinas –como la UD Granadilla y el Echeyde de waterpolo– así lo atestiguan. Parecía todo ideado para que la guinda la pusiera, y a lo grande, el CD Tenerife. Sin embargo, los de Luis Miguel Ramis fallaron en el último momento.
La BCL del Lenovo Tenerife.
Después de varias ediciones que acabaron en intentos fallidos, el Lenovo Tenerife volvió a saborear, como ya hiciera en 2017, la gloria europea. Lo logró, en Bilbao, conquistando su segunda Basketball Champions League tras encadenar 11 victorias, la última de ellas, en la final, contra el Manresa (87-98) con un Marcelinho Huertas estelar. Además, el conjunto aurinegro confirmó sus grandes prestaciones a nivel nacional: repitió presencia en las semifinales de la Copa del Rey –tras eliminar en cuartos al Joventut– y volvió a disputar los playoff por el título en la Liga Endesa –cayó precisamente frente a la Penya– tras acabar quinto en la fase regular merced a una enorme segunda vuelta.
Dominio nacional del Haris.
La 21/22 también fue una campaña memorable para el CV Haris. El club presidido por David Martín no solo confirmó su capacidad para dominar a nivel nacional, sino que extendió su crecimiento al plano continental. Así, el 13 de febrero, las de Juan Diego García conquistaron la Copa de la Reina tras doblegar en la final al Arenal Emevé de Lugo (3-1), mientras que ya el 1 de mayo confirmaron su hegemonía en el voley femenino español levantando el título de la Superliga al vencer en la final por 3-1 al CV Gran Canaria, campeón el curso anterior. Entre medias, las blanquiazules firmaron una temporada de matrícula en la CEV Challenge Cup, superando una ronda tras otra hasta plantarse en la final, donde cayeron en los dos partidos ante el todopoderoso Savino del Bene Scandicci italiano.
El brío de la UD Granadilla.
No logró levantar ningún título, pero la temporada de la UD Granadilla Tenerife Egatesa también fue de nota. Pese a un flojo arranque, las de Francis Díaz acabaron cogiendo velocidad de crucero para codearse con la zona alta de la tabla. Una impronta que mantuvo a las sureñas, casi hasta el suspiro final, en la lucha por acabar terceras de la Liga Iberdrola, una posición de honor que le hubiera dado la clasificación para la Champions League. Además, las azul y blancas también firmaron un brillante torneo en la Copa de la Reina, alcanzando las semifinales.
El Echeyde, por dos.
Como la UD Granadilla, la 21/22 ocupará un lugar de privilegio en el Waterpolo Echeyde. El club chicharrero, comandado por Albert Español, confirmó su evolución al clasificarse por primera vez, por méritos deportivos, para la Copa del Rey, acabando el curso liguero en un magnífico octavo puesto. Además, su conjunto femenino firmó una temporada enorme, rubricada con una última victoria en la piscina del Real Canoe, triunfo que dio a las de Francesco Rota el ascenso a la máxima categoría. En el otro lado de la moneda quedan los descensos femeninos del Clarinos y el Salud Tenerife después de tres años en la élite nacional. Las laguneras en la Liga Endesa y las capitalinas en la Liga Guerreras.